Te amé
en el silencio de la madrugada
cuando la ilusión
te dibujaba en mi almohada.
Te amé
en el versar de mis pensamientos
cuando evocaba tu imagen
robándome el aliento.
Te amé
en cada letra
que mi alma dictó a mi pluma
te amé con delirio
con pasión y locura.
Te amé en mis versos
como no te ha amado mujer alguna.