claudio ramirez vasquez

ELLA, SOY:

La que expiró en las carcias de tus brazos

cuando dos gotas de mis verdes ojos

cautivaron el Jardin de los Hinojos

y el planton de la Mar de los Zargazos.

 

Al detener mi corazón su marcapasos

en la Tierra del Canto de mi suelo rojo

allí, mis restos yacen y me alojo

esperando la llegada del Ocaso.

 

Me despedí de Tí, vestida de gala

y el rostro cubieta de una blanca tela

como la dama inmóvil y sin alas.

 

Desperté en una cósmica copela

orbitando en una Nova a escala

con el Ajustador, en mi citadela.

 

                    Claudio