Anoche soñé son el mar,
era como volver a enamorarse,
volver a invitar a la luna a mirar juntos el universo,
escribir de prisa un verso, escondidos en el viento.
Era como penetrar el sonido de la esperanza
y encontrar flores donde ya no llega el río,
nacer a cada instante y a cada instante dedicarte todo,
en calma y silente, en la medida de lo que el alma siente.
Era como sujetarnos firmemente después de otra oportunidad,
y era fácil hacerlo, por todo lo que dice el sentimiento,
era como cantar una bachata en sintonía con tu boca
y aceptar que nos toca, apretar las cuerdas de la melancolía.
Anoche soñé son el mar,
era como navegar tu cuerpo y no saber nadar,
encontrar tu inmensidad en cada espacio de mis pensamientos,
adherido a todo ello, lo que siento y tengo,
anoche soñé son el mar y su sonido,
y entendí en ese instante que es nuestro único camino…
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe