Diaz Valero Alejandro José

Desastre capilar (Humor)

Como no estaba conforme

con el pelo que tenía

alguien me dijo: ¡Hombre!

porqué no te lavas  con lejía.

 

Saqué la testarudez de los Díaz

y por eso hice caso, y me atreví,

y al usar abundante lejía

entonces, comencé a sufrir.

 

De pronto el pelo se ensortijó,

parecía un colchón dañado

quien me veía, decía ¡Ay Dios!

un loco del manicomio ha escapado.

 

Al ver el desastre sin precedente

entré en fase de depresión

y entonces me lavé con  crema de dientes

siguiendo una nueva recomendación.

 

Jamás pensé que todo se complicaría

al ver que la cabeza se me agrava

se me cayeron los crespos de lejía

para darle paso a una calva.

 

Amigo, usted con base cierta,

deme un consejo para tanto trajín,

dígame al menos donde hay ofertas,

para comprar barato un peluquín.

 


Autor: Alejandro J. Díaz Valero

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