Sigo mirando la sombra moverse tras mi cuerpo a veces apresura su paso y se adelanta a mis pensamientos, ignorando los pasos lentos de aquellos que me acompañaron a mi lado, alentando la marcha a paso lento muy lento. Meditando en la meta que no es fácil alcanzarla... Como si fuera posible tomar un suspiro entre las manos y acariciarlo y besarlo: Como si fuera posible tener lo que amamos a nuestro lado y jamás soltarlo… Nunca soltarlo….
Sigo detrás de tantos que se desplazan por mi lado, y extrañando la calma y el llanto quebrajado de un niño, las arrugas del rostro y las manos toscas del anciano que a aprendido a extrañarme al pasar de los años… Quizás el brebaje de anís que calma mi sustento, me aborde en la esquina de este nuevo laberinto y me de un respiro mientras voy en el camino, llegando al aposento que llena mi aliento…