Si acaso
vas rodando
por el aire,
sin encontrarte
un beso
de mis labios,
si acaso
en cada nube
te detienes
tratando
de en tu boca
retenerme.
No culpes
a mis ojos
de no verte,
ni tampoco
a la mujer
que te adoraba,
fue el mundo
que sin darnos
cuenta
nos hizo de rutina
nuestra cama.
Si acaso
vas perdiendo
en el viaje
a la eterna
madrugada,
si acaso
vas descalzo
entre piedras
magulladas,
no pierdas
la razón
por otra causa,
nos fuimos
amoldando
a no ser nada.
Pero curate
la herida
que te sangra
rebuscate
en mi piel
que te reclama,
entierra
al tiempo
hecho de hiel
que se nos marcha,
regalame
entre risas
la esperanza,
y vuelve a ser
el hombre
que yo amaba,
ese galan
que me fundía
en la noche
pasiones
desbordadas.
No dejes morir
entre distancias
ese olor
de la vida,
que sentimos
al despuntar el alba.
Ana@ocaña