Con los ojos abiertos
en medio de la gente,
sueño,
no con tus besos
sino en el día
que te vi por primera vez.
Sueño,
con aquellas cosas
que le pedí a Dios
y que no me dio.
Sueño
que algún día
te podré olvidar
o cambiar,
pero con cada sueño
te aferras
consumes
y te adueñas
de mi realidad.