Rosa de los vientos

Nubes

El paisaje trae consigo preguntas.

Algunas están dislocadas por el tiempo y la angustia,

otras esperan hacen mucho sin decir nada,

como un esqueleto que aguanta.

 

Queda una sonrisa pendiente por entregar,

pero es que no te veo en la muchedumbre

¿serás mi respuesta?

 

Acaricio la fantasía de los pastizales,

entre el amarillo del trigo y el verde del pasto

entremezclado que asoma por el descuido humano.

 

Luego la tierra, la mirada del sol y el guiño de la Luna.

Una nube se transforma ante mis ojos en persona,

en una figura reconocible y amena,

se parece a una de esas preguntas inquietas por su cabello rizado.

 

Otra nube abre boca y me mira con suspicacia,

con una picardía rara que invita a una pregunta inmortal.

 

Los rieles me llevan, el tren viaja sin mi pero me lleva,

se detiene en la estación y después continúa.

 

Es el sentido cíclico del tiempo y del espacio,

es la ansiedad por el principio del fin y el final del inicio.

 

Las paredes flotan, los árboles callan,

el ruido estruendoso y permanente del motor

ensordece los pensamientos que gritan.