de
ANA OCAÑA Y JJAIME
Tengo todo el tiempo
sujeto en mis manos,
como remolinos
los días se quiebran
despacio.
Por cada minuto
voy obteniendo ocasos,
le cierro la puerta
a besos extraños
que no reconozco
en tus labios.
Llevo el tiempo marcado
en la piel cual extraño,
como si fueran los hilos
que van manejando los años.
Día a día, paso a paso,
sigo esperando tus labios;
los míos se van secando
esperando los tuyos
en el mar de los vanos,
donde se agrietan susurros
entre lamentos callados.
Me sobra la vida,
si no soy la sombra
por la que caminas,
me sobra la tierra
si al pisar no encuentro
tus preciadas huellas,
me sobra la luz,
si no me iluminas,
me sobra la fuente
de la sabiduría,
sin ti es gota fría.
El viento, ese fiel compañero,
me dice en ocaso funesto:
“el amor, si se ama,
porqué no me acompaña
como ese lucero
de cada mañana
que deja destellos
al pié de mi cama”.
Me falta tu vida
y el resplandor de tu cara
entre besos abyectos
y caricias tan bravas,
sin ti, mi vida no es nada.
Tengo todo el tiempo
para amarte
abriéndole surcos al aire
para respirarte
y en un romántico sueño
para retenerte.
Quiero convertirte
para que seas
un eterno instante
convertido en latido
de una misma sangre.
Dame ese tiempo
que sobrado lo llevo,
dame esa brisa
que perdida tenemos
y a cambio convierto
en manjares de sueños
el futuro, la vida y el tiempo,
para ser, tú y yo,
pasiones de fuego
en eternidades de besos.
Ana Ocaña & jJaime