Hugo Emilio Ocanto

Esto no puede seguir así (Poema) Grabado

Me pides comprensión, y siempre te la di.

Me pides permanencia, y siempre estoy.

Me pediste amor, y te lo entregué.

Dentro de mis posibilidades,

todo lo que me has pedido, te lo he otorgado.

Juntos hemos logrado en la vida,

casi todo lo que anhelamos.

Con esfuerzos y sacrificios mutuos. 

Sin embargo, a pesar de todo,

me dices que no eres feliz.

¿Desde cuándo no eres feliz?

Me estás dando una sorpresa imprevisible.

Una sorpresa que me desmoraliza.

¿ qué es lo que te hace falta

para tener la felicidad perdida?

Una nueva casa... pides una nueva casa.

¿qué es lo que pasa con esta?

La veo en perfectas condiciones.

Tú prácticamente has sido la arquitecta

y decoradora de todo lo hermoso

que existe en esta casa.

¿cuál es el motivo de querer cambiarte?

¿que quieres alejarte de aquí, por qué?

Te escucho, dímelo, y te prometo he de comprenderte.

Siempre nos hemos comprendido y amado.

¿entonces?... Soy todo oídos. Confía en mí.

Sentémonos. ¿deseas tomar algo?

Bien, esperaremos hacerlo en la cena.

......

Entonces, éste es el motivo de tu deseo.

¿cómo has podido llegar a hacer esto?

"Te prometo he de comprenderte", te dije.

Comprendo lo tremendo que es para mí,

lo que me dices, pero no he de aceptarlo.

¿qué es lo que harías

si invirtiéramos tu relato?

Si yo te dijera que me he mezclado

sentimentalmente con nuestra vecina.

¿Cómo has podido llegar a hacerme esto?

No creo merecerlo, debido a la devoción

que he tenido contigo

desde el día en que nos conocimos.

Claro, yo me lo paso viajando,

y tú te has sentido aburrida,

y comenzaste a flirtear

con el marido de una de tus mejores amigas.

No mereces su perdón ni el mío.

También yo hubiese podido hacer

la chanchada que tú has hecho...

sin embargo en mis breves viajes,

no veía la hora de llegar

para verte y amarte...

Y tú me estás diciendo que quieres

mudarte de esta casa,

porque has estrenado un amante,

que vive cerca nuestro.

Comprendo tu situación...

pero no  tuviste en cuenta

en ningún momento, aunque sea

por fidelidad a quien te dedicó

toda su vida y sacrificio.

Sí, hasta yo me sorprendo

de mi serenidad... aunque tendría 

que estamparte la cara contra la pared.

Pero no he de cometer la cobardía de hacerlo.

Soy un ser pacífico, y también cuando se requiere,

un hombre de un tremendo carácter.

Pero con lo que acabas de decirme...

tú eres una tremenda mujer,

la cual no te mereces mi aceptación.

Te sobrepasaste con tu infidelidad.

Pero nada ha de convencerme

para que cambie de opinión.

Cambiaste nuestras vidas.

No estoy en condiciones para aceptarte

nuevamente como mi esposa.

Fuiste una inconsciente e irresponsable.

Sabías que mi felicidad era llegar,

y estar contigo... pero eso fue antes

que me confesaras esto, tan terrible

e imperdonable. No estoy en condiciones

de aceptarte. Has hecho que mi alma

dejase, de golpe, de sentir lo que sentía por ti.

No puedo creerlo... tu infidelidad

no es la única que existe.

Si los matrimonios nos diésemos cuenta

de la reciprocidad de sentimientos

que debe existir en la pareja,

no se cometerían adulterios...

esto no puede seguir así...

mañana salgo de viaje nuevamente,

cámbiate de casa, sí,

vete a casa de tus padres,

cuando regrese, no quiero encontrarte aquí...

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 09/05/2013)