rebecaelizaldeblasco

UNA ILUSIÓN

De San Polo a San Saturio

corrí buscando al poeta,

Machado me dio la mano,

El Duero, mi nueva fuerza.

 

Quién fuera patio andaluz

con sombras, limones y fuentes

para que sus primeros pasos diera en mí

y las primeras letras como escribiente.

 

Quién fuera Campos de Castilla,

pobres recuerdos de antiguas leyendas

para que sus ojos se clavaran en mí

y lloraran por mis marchitas gestas.

 

Quién fuera Guiomar para que me cantara poemas,

que sus versos sólo fueran para mí

dentro de su eterna lucha por la existencia.

 

Quién fuera hotelito de Colliure

y mano que cogiera su mano inerte

para poder cerrarle los ojos

y decirle hasta pronto, maestro siempre.