Las madres solían elegirles
las "jornadas completas".
Un club para el verano,
y clases particulares
de acordeón o trompeta.
No había forma de cansarlos,
disponían de gran energía.
Las maestras llorában
cuando mas de tres,
en sus cursos, incluían.
Hoy, los búscan empresas,
gobiernos y religiones.
Créen que ellos son la luz
que ha llegado al mundo
para el fin de sus aflicciones.