Crepúsculo sanguinario, casta lejanía.
En mis entrañas, la fácil duda, obediente dolor:
…hombre escueto en su ventana,
con los ojos del vértigo.
Perseverante hora te me aprietas doliente,
silénciate en la tarde,
cállate en el viento.
Las cosas caen como gotas,
lentamente se disgregan
o conjugan señales
de naturales distancias…
Ramillete ancestral,
pura fortaleza de instintivos lamentos,
cala mi sencilla mirada.
La voz se me torna insondable,
mis manos empuñan mitos.
Somos el crepúsculo y yo el mismo
suelo, el mismo recorrido
y una disuelta estrella roja.
Nada queda por irse. Con el alba
se rasgan los circuitos del mundo
y de sus venas mana la sabia
de los sueltos seres,
que su existencia andan removiendo
y perdiéndola…
Crepúsculo vengativo ¿más allá
de la cascada y las consteladas torres
vive mi sueño ovillado
en el pulso de la galaxia?
Voy recolectando memorias
que también partirán como se va la arena
y las alas.
Mi ventana enmarca un hombre
riéndole a la tarde…