Duérmete mi niño
duérmete mi amor...
arrullo de Dios hecho canción
impregnado del más hermoso cariño.
Una canción añeja como la propia humanidad
pero que nunca pasa de moda,
porque la cantante, la mejor de todas,
se mantiene en la cima de la popularidad.
Su voz se escucha en los hogares del mundo
envolviendo de ternura nuestras vidas,
superando cualquier experiencia vivida
por su amor tan intenso y profundo.
Cascada de agua límpida de manantial
que refresca el tiempo y la distancia,
que conserva su esencia y su fragancia
para definir el más puro amor maternal.
Duérmete mi niño, duérmete mi amor...
y aun a mis años me imagino en su regazo,
y me duermo, me duermo entre sus brazos
bendecido por Dios y sin ningún temor.