rodulfogonzalez

OLORES

 

            Disfruto, bien mío, el olor único y exacto que emana de tu hermoso  y curvilíneo cuerpo cuando sales de la ducha toda aseada.

            Me place sobremanera, bien mío, el olor penetrante y agradable del café cuando lo están preparando y cuando es servido en un  recipiente de vidrio o de barro o de loza.

            Ese halo que surge de sus entrañas es un perfume de los dioses.

            Servido en vaso plástico, el café pierde su encantador prodigio.

            Gozo, bien mío, cuando coloco la nariz en el jabón azul original y exhalo su divino olor, que penetra espontáneamente en mis pulmones para gratificarlos y potenciarlos.

            Expido exquisito olor, bien mío, cuando coloco en partes específicas de mi cuerpo porciones diminutas de colonia Yardley.

            Gusto del olor canela del clavel, del sublime olor del mirto,  del sabroso olor de las hojas de limón y del amoroso olor del azahar.