Tiempo de no preocupar,
tiempo de aceptación,
tiempo de paz,
tiempo de comprender,
tiempo de liberación,
tiempo de resignación,
tiempo de dejar de soñar,
tiempo de olvido...
Son mis tiempos adquiridos,
las emociones que he sentido.
Fueron sinceras, fueron reales,
pero ya no creo en ti.
No creo poder olvidarte,
porque auténtico fue mi amor,
pero del tuyo, seguro no estoy.
Solo palabras, conformidad
que has querido dar a mi triste alma.
Mi alma acompañada de tu misericordia.
Es tiempo de hacer reposar mis emociones.
Es tiempo que tú también quedes liberada...
de, tal vez, mi acosamiento...
Tienes todos los dones
que un ser como tú pueda ambicionar.
Yo, soy un pobre ser
que necesita ser amado,
pero de verdad... con alma y vida.
Mi vida y mi alma están a tu disposición.
Sólo que tu alma y tu vida no están en la mía.
Debemos disponer de nuestros sentimientos.
Debemos entregárnoslo.
Pero uno lo está entregando,
y tú, la otra, bella imagen de mi vida,
sólo me ofreces tu brazo para poder andar,
y mis pasos son indecisos porque
nunca, nunca dejaré de amar.
Esta, mi historia de poeta,
que si realmente fuese verídica,
no la aceptaría.
Mi imaginación de poeta me lleva
a imaginar los sentimientos
más increíbles, los menos pensados...
he creado esta triste historia de amor
no unificada a tus sentimientos...
¿sabes por qué? porque tú formas parte de mi vida,
y mi vida es ilusión, sueños,
realidades de mi alma,
pero... soy tal vez un amante de la tragedia.
Alguien me dijo una vez: \\\"eres trágico\\\"
pero no creo lo sea en mi real vida,
sí en mi inspiración...
en esos sufridos personajes...
¿Sabes? cuando era muy niño
representaba personajes imaginarios...
como este, que me lleva a distintos estados
de ánimo. De la ficción a la realidad.
De la realidad, a la imaginación.
Imaginar situaciones y vivencias no vividas.
Sólo imaginadas. A veces me pregunto,
¿qué estoy haciendo aquí?
Sólo imaginando, creando personajes...
como por ejemplo...
\\\"Señores del gobierno...¿dónde tienen
ustedes el corazón,
debajo de sus pies?
Pues clávenles hachazos,
más y más... sienten dolor, ¿verdad?
Es el dolor que sentimos los argentinos.
¿de qué país son ustedes,
de esta bella Argentina?...
Entonces no la sigan destruyendo
porque aquí no sólo está el país,
sino también nosotros,
sus millones de habitantes
Y bla, bla, bla...
Y así, esto es lo que plasmo,
palabras, salidas de mi alma...
Pero trato de no destruir sentimientos.
Me ahiero a todos los buenos sentimientos.
No soy egoísta, como algunos y determinados
políticos, no todos, aclaro...
ellos, como mi personaje de hoy,
tendrían también que hacer
un poco de reposo emocional,
pero hacerlo por motivo contrario
al personaje.
Tendrían que hacer reposo
para que sus corazones y sus almas
estén junto a nosotros, el pueblo...
argentino, ¡salud!...
Todos los derechos reservados del autor(Hugo Emilio Ocanto - 11/05/2013)