Hija del Sol

INEVITABLE…(A la Madre)


 

Inevitable es, el concebir un hijo en tu vientre

y necesario se hace la vida dentro de él,

como el cordón umbilical para que se alimente

y el amor de madre que le puedas proveer.

 

Obligatoria es, la primera cita de amor

cuando ya por ser madre deberías tener,

ésa, que la vida te regala a la luz de un monitor,

cita impostergable porque es tu deber.

 

Inevitable es, la ávida sonrisa que se dibuja en tu rostro,

el camino que dibuja tu primera lágrima de madre;

es un nuevo ser que en tu seno ya habita, ¡Dios eres bondadoso!

tu corazón de hija y hermana, ahora por ser madre, late.

 

Indiscutible es, tu cambio de figura cuando en ti crece…

el ser que tanto amas y ahora configura tu hermosura,

porque serás madre y esa belleza te enorgullece

y vientos de cambios en tu momento ya se auguran.

 

Imprescindible es, la otra cita que se te otorga,

cuando acudes a la maravillosa fiesta de la vida,

ese gran milagro de Dios que ya te aborda,

cuando tu cuerpo y alma son toda una algarabía…

 

Inevitable es, la inmensa emoción que sientes…

y privilegiados han de ser tus oídos con el primer canto,

el que te regala tu hijo y la lágrima que tú consientes...

y tu pecho, el cobijo de él y tus brazos, su cálido manto.

 

Ineludible es, el largo camino del tiempo…

como incontable son tus horas de desvelo, ya olvidadas;

inevitables son todos aquellos momentos…

a los que por ser madre anduviste entregada.

 

Innegable es, la historia que cuentan tus manos,

cada dedo lleva abriles y primaveras de sabiduría,

sueños olvidados y otros envejecidos… nada en vano;

barbas del tiempo… angustias, tristezas, méritos y alegrías…

 

Incuestionable es, las huellas que en ti han quedado

ya tu piel se muestra bastante agotada,

el tiempo en ella su firma ha dejado,

pero madre, eres hermosa y admirada.          


Esencial es, hoy por hoy y se me hace apremiante,

que en la génesis de mis letras él te hable…

tus manos y las mías siempre distantes,

pero mi amor de hija por ti, es innegable.

 

Inevitable es, la presencia y ausencia del Ser,

la vida y la muerte… pues todo tiene principio y fin.

Imperdonable sería, dejar partir o irse… como ves,

teniendo en el corazón algo más por decir.

 

…como inevitable e invaluable es:

“Tú eres mi madre y Yo tu hija”

lazo de amor que sólo Dios puede disolver,

y Él no lo hará aún más allá de la vida.


Lis

11/05/2013