Diaz Valero Alejandro José

Carta a una madre

 

Mamá, hoy quiero escribirte

no se si perdones mi atrevimiento

de poder, “mamá”, volver a decirte

después de haber pasado tanto tiempo.

 

Mi madre biológica fue al cielo

y tú llegaste a nuestro hogar

y yo por rabia, o por celos,

te juzgué y te traté mal.

 

Hice que con mi padre, riñeras,

inventé historias con mentiras,

hasta que un día, logré que te fueras

y dijeras adiós a mi familia.

 

Después de ti, llegaron otras mujeres,

peores que tú, menos cariñosas

por eso ahora valoro lo que eres

y el solo pensarlo me destroza.

 

Hoy no se nada de tu vida

no se si vives o has muerto

ni si podrás leer lo que yo escriba

Con mi alma llena de arrepentimiento.

 

Nunca más ninguna madrastra

me brindó tanto apoyo;

ninguna como tú, fue tan sensata

ni supo entenderme a tu modo.

 

Todas me dieron indiferencia

además de humillaciones y maltratos;

ninguna  tuvo tu paciencia

ni tenían para mí, besos y abrazos.

 

Tú no eras una madrastra cualquiera

tú eras una mujer muy bondadosa

eras como mi madre verdadera

en lo tierno y en lo amorosa.

 

Mamá, recibe mi felicitación en este día

te doy mil bendiciones y te pido perdón

hoy me arrepiento de tantas osadías

y te ofrezco mi cariño de corazón.

 

No importa que mi padre tenga otra

no importa si tú has rehecho tu vida

quiero amarte y llenarte de gloria

y darte como hijo, lo que pidas.

 

Mamá, tú no eres aquella madrastra

tú eres ese recuerdo que aún conservo

ojalá y recibas mi sincera carta

y con ella el corazón que allí te entrego.

 

Feliz día mi mamá buena,

recibe el mensaje de tu hijo sincero:

te llevo en el alma como un emblema

igual que a mi madre, la que fue al cielo.

 


Autor: Alejandro J. Díaz Valero

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