Roja es la flor que en tu boca, exhala mi presencia Una a una vestida de pétalos suspirados Lenta, lenta es la amargura de los aires que nos separan El instante que en mis labios, tu sabor perdura Y en el oscuro abismo de mis ojos cansados Solo pienso ¿de cual fruta, habré probado? Suave son los largos trazos de tu piel perfecta El delicado meandro de tus caderas El lugar secreto donde río y mar , comparten estirpe Y mis dedos, por fin, descansan de tanto vuelo sin sentido Hermosa es la bandera zaina de tu pelo La corona ajazminada soportada sobre las sienes Adelantada incluso a la sombra que arrastras por la tierra Con el perfume que inspira a las rosas Con la fragancia que preña todas las primaveras Ladridos, Ladridos oigo dentro de mi pecho En esta cárcel acostillada Donde los animales nunca comen Nunca te conocen, no maman de tu luz nítida