El calor que desprendía su piel...
abrazaba su cuerpo y su alma...
ardía de pasión por sentirla suya...
tan suya que se quemaba.
Entre el cielo y el infierno que es su cuerpo, él...
se estremecía en silencio...
en el infinito de su boca, de sus labios, y ella...
se enredaba en su alma hasta enloquecerlo.
Tanto fuego que quemaba...
era su cuerpo cabalgando a través del tiempo...
reviviendo vidas pasadas...
una y otra...una y otra vez, lamía sus deseos.
Sus manos sujetaban con fuerza sus glúteos...
suaves, aterciopelados y tensos...
navegó en sus profundidades...
sintiénola muy suya, tan suya...
que descansó en sus adentros.
Buscó el equilibrio entre el cielo y el infierno...
mientras observaba sus labios, su respiración....
sus ojos negros casi muriendo....
después de hacerla suya, cerró sus ojos...
encontrando la paz, entre sus senos.