Raúl D'lacroix

Niña Sazona

Tu discurso supone de elocuencia ensayada,

y como tus besos, es hueco y vanidoso.

acaricias y encantas desdichada, como tu amor;

sin promesa, ni rumbo.

 

Te comprometes y juegas a ser una mujer,

te alimentas de engaño y añagaza;

te disfrazadas de inocencia,

deseas ser seducida, y cautivas con ojos verdes y perdidos.

 

Predicas acertijos y besas fuego,

y te asustas como niña sin padre;

luego, triste y chamuscada

inquieres consuelo y buscas cobijo en ese laberinto ardiente que tú trazaste.

 

Ensayas y catas el amor sin consecuencia,

te empalagas con unas probadas y no vives,

solo deliras y agonizas hambrienta.

 

Sientes que te conoces, pero no hay espejo que vea tu reflejo;

indudable te tropiezas con tus recreos de niña pretendiendo ser mujer,

y desando ser mujer, solo deseas y deseas.