Johny Mentero

Mi primer verano

¡Ay con ese niño de juventud

que viajaba por la arena!

El recuerdo creció, cambió

mantuvo el sentimiento

olvidando el recuerdo.

 

Recuerdo la luz, el sol y hasta las nubes

flotando sobre el agua, entre otras tantas cosas.

Recuerdo la playa tranquila

con su orilla de pies de arena

con la que jugaba una y otra

imaginando cuantísimos había

mientras se ponían en fila por mis dedos

resbalándose, como las dulces olas

que se solapaban en caricias,

casi susurrando murmullos

en los que las palabras

se agolpan sosegadas,

casi escupiendo espuma;

huyen del mar, se desvanecen

y al fin y al cabo, viven.

 

En el horizonte difuso

donde unos brazos tiernos,

casi salidos de la cuna,

se lavaban el polvillo de la arena

mientras vuelve a jugar con el barro del salitre

creando castillos imponentes

llenos de hombres los pueblan

con historias de caballeros nobles y sus princesas.

En ese instante entre el tiempo

antes que las olas vuelvan,

y la arena lo cubra.