Una dama llega siempre y no tarda,
se tarda sí, el sol, y a veces no llega,
llega la aurora y sus alas despliega,
aunque llama del sol en ella no arda.
Altiva, alegre , serena, gallarda,
en su pecho la creación congrega,
con su ternura vida les entrega,
les cubre del frío, en sábana parda,
Es la tarde, en nubes arreboladas,
llega entre los cantos dulces del viento,
sosegada, inquieta, gentil, callada.
De gala es la noche azul adornada,
sus ojos profundos quitan el aliento,
nadie está en pie ante sus firmes pisadas.