Te he buscado, hasta en la sinapsis de mis neuronas,
en el dulce orgullo que nos arrebata esta tranquilidad.
Se cruzan todas ustedes, cabalgando sus historias,
ustedes tantas mujeres que quise para mí,
ustedes tantas las mismas, con los mismos libros,
las mismas canciones, los mismos sueños;
divididas para esconderse mejor,
parvada de pájaros;
no sé dónde buscar, no sé si es norte, si es sur.
Asomaste una noche tu mano inquieta bajo unos de mis sueños
y tocaste mi frente, y sentiste mi fiebre
no eras capaz aún de regresar,
de regresar a tu cuerpo, ni yo de despertar,
de darme cuenta que ya usted más nunca cercana
y yo más lejano que siempre, hijos de otros caminos...
Te he buscado, como busca el adicto su droga
como buscan mis intentos lo que aún pueda haber quedado de ti.
Asomaste una noche, con la sonrisa limpia,
la carcajada intacta, la voz quebrada,
y fingía que no eras tú ese pájaro escapado de la bandada
esa parte de ti que en un instante atendía mi enfermedad,
odie entonces con todas mis fuerzas,
no decirte antes de tu vuelo, que aún estos calendarios son tuyos,
estos tiempos, estas suplicas...