Como ese día me levanto un poco tarde
que sea sábado minutos ante de las ocho
en el instante justo al despertar
para que al abrir los ojos
en vez de mirar estos paisajes
pueda verte cara a cara
y ver por fin las moradas
que fuiste a preparar
el día que ascendiste el monte
Pido que antes de irme pueda cumplir
mis funciones naturales
sin ayudas y sin penas
ojalá que, en lo posible,
pueda partir sin dolor
simple como cae una flor
en paz como se apaga el día
que mi adiós no cause tristeza
y menos incertidumbre
pues para algo hemos vivido
“en esperanza contra toda esperanza”
del Reino que has prometido
Es imposible que todo acabe
en la última respiración
de haber sido así entonces estuvimos presos
entre un origen sin motivo
la insaciable necesidad
y un final sin sentido.
Por eso espero ese día
al que le pido mis gustos
que sea sábado minutos ante de las ocho