Son los barrotes de esta prisión
Los que huelen a desilusión.
Son los huesos; que no son otros que los míos,
Los que huelen a desolación.
Son las ambiciones y el miedo de un ingrato corazón
Los que huelen a la próxima traición.
¡Me darás la espalda sin dudar y sin compasión!
La suerte, el destino y tú se han puesto en contra mía.
Negarás los ideales que tanto hemos compartido.
Olvidarás las promesas que hicimos en otros días.
Traicionarás la verdad que guardamos en secreto.
¡No queda nada! La lágrima que cae en mi mejilla
No es de dolor, ni tampoco es de arrepentimiento,
La lágrima en mi cara es de incontrolable rabia;
Más que una gota de miedo es de puro descontento.
Con una palabra has traicionado nuestra libertad,
Has traicionado la verdad en nuestra amistad,
En nuestro sueño, en nuestra hermandad,
Ha pesado en ti, el miedo, la ingenuidad.
Para ti voltearán la mentira en sinceridad
Y en mí no hallarán motivo que merezca piedad.
Será en la despedida cuando muera la complejidad.
Muerte que te hará comprender lo que es la austeridad.
Es todo basado en la verdad, es todo basado en justicia.
La suerte no ha sido justa en el final
Y tú… tú le has mentido a la mismísima verdad.
Todo basado en prisión, todo basado en tristeza.
Por la prisión sin barrotes a la que tu traición me arroja,
Y por tu indiferencia; es mi furia y nuestra decadencia.
Todo esta hecho, todo dicho y todo terminó.
No es cuestión de olvidar, no es cuestión de gritar,
Mucho menos llorar, es cuestión de creer y luchar,
Más luchar que callar y más luchar que confiar.
¡Todo terminó! Es todo esfuerzo; nueva realidad.
No confiar mas en la verdad sacada de tu hablar.
No creer más en la revuelta de tu palabrear.
Más coherencia en mi pensamiento, que en mi mirar.
Más creencia en un fuerte ideal.
Solo empezar de nuevo.
De nuevo, como el eco,
Mismo ideal, mismo pensamiento,
Y diferente tan solo en el secreto
Y una mejor sociedad.
Héctor Humberto García Herrera