Escribo para mentirte y
para mentirme,
para que me sepas incierto
en las noches sin Luna.
Cada letra mía es un guiño,
cada palabra un engaño,
un suspiro silencioso,
suave y lejano.
Hago versos para que, peldaño a peldaño
baje contando un cuento la escalera,
calumnio al frío con ardores
de incienso y las soledades
ya no son eternas.
A la tibieza, la trato con indiferencia,
a veces soy como un árbol
de donde cuelgan mujeres.
Que no te engañe entonces
nada de lo que sientas,
nada de lo que entiendas
o pienses cuando me lees.
Pero si un día te dignas
bajar a mi poema, y entras,
entonces sí... ¡Créeme!
porque todo será cierto.