¡Ven a mí, oh Señor!
y escucha mis ruegos,
aunque es débil mi clamor
y mis días de Ti, todos.
La misericordia es tu cetro
y pronto serás a mi llamado:
humildad es lo que quiero,
de tu voluntad ser llenado.
Fuerza para mis días de prueba
amor para cada hermano;
que de tus vivas aguas beba,
te pido: en mi vida tu mano.