Armando Solarte

SILENTE BESO

El ramalazo de tu mutismo,

Me hace cavilar que tú te irás,

Dejándome solo en mi mismo…

Y con la efigie de tu mirar…

 

Porque tu mirar es exiguo,

En mi mención solo estas tú,

Como pira que solo avivo…

Para que me irradie con su luz…

 

La lumbre que es tu voz impar,

Que en mis venas se hace copla,

En laudos que no puedo confesar…

Y que trinco por piezas en mi copa…

 

Un cáliz que se atesta por tu afecto,

Por la mohín que hago surgir en ti,

Por tus sentires: los más perfectos…

En los cuales sucumbo, sin morir…

 

Y perezco cuando no  te ausculto,

Y doy rienda a mis alucinaciones,

Te conservo en amor, el más oculto…

Como flagra que se muestra en las noches…

 

Y la prima en la que veo tus encomios,

Cuando calata te alojas en mis cogollos,

Presta a conferir tu entidad en sollozos…

En la soledad, soledad de estar solos…

 

Yermo perpetuo que germina vertiginoso,

En la liga de dos amantes extenuados,

 Que hicieron de mañana algo majestuoso…

Porque entrelazados lloraron con sus manos…

 

Manos rudas en la congoja de una palabra,

Que eclipsada cubre el secreto del regodeo,

Anidada en el plantón de una mirada…

Y en la expresión sencilla de un silente beso.