Llegaste con un libro en tus manos,
dulce tentación,
recóndita atracción, la historia comenzó...
Conversaciones con rostros sin divisar se dieron,
tan diferentes,
así sucedieron.
No existía una irrisoria inmadurez,
me llegabas a asombrar y,
quién diría que poco a poco me llegarías a enamorar.
Esta historia tendrá su final,
es lo que quiero lograr
y lo que debo alcanzar.
Espero en silencio ese momento,
cuando ya no te aviste muy seguido,
quedará todo en el olvido.
Ya no habrá más ilusiones,
qué alivio sienten aquellas canciones,
ya no presenciarán a menudo copiozas emociones.