Sé el blanco esfera de mi dardo,
humeante, con el arco tenso,
derramo mi fuego, porque ardo,
en tu ámbar rosado, el comienzo.
¿Dime dónde, el tesoro guardo?
Abre el cofre, en que tanto pienso,
como el dolor que causa el cardo,
sin tensura, viene el descenso.
La obsesión, se convierte en fardo,
por el deseo que es tan intenso,
dentro de mi, tu olor a nardo,
con mi pincel, pintar tu lienzo.
El día, ya se ha vuelto pardo,
poco a poco, noche, en ascenso,
rugido, escucha, del leopardo,
el amo, de tu campo inmenso.
Tu bosque, de un gato gallardo,
gustoso ronronea en su pienso,
juega, se desliza, ya no tardo,
¿A sus garras, cómo te convenzo?
EL POETA DEL AMOR. 11-05-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.