UNA ARAÑA EN LA ALMOHADA
Una araña
entró a mi baño,
ahí tejió su telaraña
mientras me daba un baño.
Esa araña
tejió su maraña
encima del lavamanos,
la veía al lavarme las manos.
Era chica
era una arañita,
no por eso se enchica
y si le grito no me desgañita.
Amor le di,
entonces decidí
en hacerla mi mascota
porque parecía una frescota.
Velozmente
pasaba día a día,
y la tenía en mi mente
le hablaba, no se me escondía.
Y a diario
yo la alimentaba,
le cumplía un horario
mi mujer la madre me mentaba.
Mi esposa
a ella la odiaba
le gritaba zurraposa,
pero yo creo que la envidiaba.
Un insecto
sería su comida
de ese baño desinsecto,
luego quedaba como dormida.
Y al tiempo
ya fue creciendo,
ella era mi pasatiempo
y el ánimo no fue decreciendo.
Es inmensa
de patas largas,
y mi mujer toda mensa
gritó: “O la matas o te largas”.
Una noche
que fui al baño
cerca de la medianoche,
ya no la vi adentro del baño.
Esta araña
era desfachada,
y mi mujer me araña
al verla sobre mi almohada.
Mi esposa
la pisa y la mata,
y grita: “Maté a la raposa
no más vivir a salto de mata”.
La maldije,
mató mi mascota,
eres una odiosa le dije
ella sonrió y me hizo chacota.
EL MANU