Almas que lloran, nubes de ángeles, trueque de romances...
Qué no las extrañemos, sumidos en la espesura de los valles.
Estamos por suceder, estamos por derrumbarnos...
Y si no tenemos una palabra sincera para entonces,
cómo sabremos que fue certera,
más que por los vientos que la mueven cuando todavía es tierna.
Rima la suerte al compás de las ilusiones,
y nuestras propias conclusiones se vuelven aridez subjetiva de sublimes recuerdos.
Giran nuestros ojos de loco desvarío de tiempo plástico
donde son envasados en melodía.
Fuerza majestuosa naturaleza que se alimenta de suspenso,
la acción no basta hasta que rompe el límite,
el silencio explota con el poder de aglutinados soles
para marcar la dirección, mientras la torna huidiza.
Hoy despojadas
de alegría, hasta de tristeza,
nos rendimos ante tus sonidos suaves de arroyo
que me calman la sed de ser, estar, de sentir, de todo...
Esta noche hasta la brisa estorba,
quizás es porque la soledad que nos arropa
quiere estar realmente sola.
Pedacitos de nosotros caen en el piso ya secos de lagrimas,
es una elegía a la nostalgia lo que canta el alma.
Queremos quedar pendiendo en las miradas,
es ahí donde sentimos tranquilidad,
porque sabemos que aunque se vaya siempre estará.