Los que nos hacen mal no saben lo que hacen, o ceden a arrebatos que los vuelven más desdichados que nosotros.
Jean Moliére
De sol a sol al observar el horizonte,
me figuro vuestro rostro, uno cruel y despiadado debe ser.
Uno que no comprende en distancia la gnosis de mi ser,
que a su vez, es llagado ante vuestro vocablo envenenado.
Es de mi la metamorfosis que implica el dolor ajeno,
no oscilante en devenir al ser amado,
cuando de vos, bajo máscara esgrimes la espada,
infiriendo cualquier veta de amor.
Os digo, que seré entonces adarga para él,
cuando de mi podrás descargar la saña de vuestros labios,
convirtiendo al arte en vuestra política,
flagelando así, hasta el último de mis versos.
Mira mis manos, taciturnas y constriñes,
solo a piano os tocan y en ello la sangre percibe,
cuando del mundo oso ocultar,
siempre en temor de ser encontrada por personas como vos.
Es a mi que vuestro estigma podrá hacer daño,
sabré de mis vestigios levantarme,
para defender ante mil soles,
el amor que preserva mi corazón.
Clavel rojo © Alejandra P. Rodríguez Espinosa. Todos los derechos reservados