Madre, para ti estas palabras. Por tu apoyo irrestricto. Mi prosa acompañada del más sentido te quiero.
De carácter fuerte.
Fuerte como la dureza de una roca.
De corazón frágil.
Frágil como una delicada mariposa.
Eres luz cósmica.
Luz que estalla sobre techo de buenos
y se reproduce en destellos celestiales
que le dan dirección a mi brújula.
Deber de abstención.
Punto de diferenciación entre bien y mal.
Sacrificada y dedicada.
Luchadora abnegada.
Ser de sentimientos inmutables
cuya esperanza es inagotable.
Tu fruto bendito es la mujer y el hombre
(Y éste último presume de poeta)
que poblaran el mundo
y tienes por nombre Madre.