Esa voz callada,
susurrante de anhelos
en mi pecho acunada,
deseosa de ver tus cielos,
grita en silencio tu ausencia,
ecos rotos de caricias,
dejando vacíos en la lejanía.
Y mi ser bañado con polvo de estrellas
busca esas mañanas
donde se unan los sentimientos,
sin fronteras ni distancias.
Solo la brisa y el viento
decorando nuestras almas
como escenario perfecto.