¿te acuerdas de aquella carta
que una vez te escribí?
No recuerdo su fecha exacta
pero se, que tú sí.
Era una carta extensa
que te escribí muy ufano
escrita con mi puño y letra
y que entregué en tus manos.
Allí en forma muy discreta
te conté algunas cosas mías
pero no hablé de las cosas nuestras
que era, lo que tú querías.
Era una carta muy explicativa
escrita con lujo de detalles
destacando aspectos de mi vida
que muy poca gente sabe.
Leerla te dio mucha emoción,
tú misma lo confesaste,
pero también hubo decepción
porqué tú, no figuraste.
Por eso en nombre de aquella carta,
quiero resaltar, en ésta, tus encantos
y decirte que mi corazón salta
cuando te beso y te abrazo.
Que cuando estrujo tus manos
y te tomo por la cintura,
siento que cuando caminamos
me voy llenando de ternura.
Que disfruto las bellas horas
de tus entregas tan plenas
que con alma soñadora
me entregas a manos llenas.
Como esto, precisamente era,
lo que ansiabas de aquella carta,
en esta lo hago a mi manera
a ver si puedo reivindicarla.
Si esta no cubre tus expectativas
solo espero, me lo hagas saber
quien quita y otra carta escriba
con detalles que quieras leer.
Me despido muy atentamente
recibe besos de quien suscribe
espero que ahora si estés sonriente
y así harás feliz al que te escribe.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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