Hugo Emilio Ocanto

Ten en cuenta mi confesiĆ³n, amada (Poema) Grabado

Una confesión, ya confesada.

No puedo permitirme a mí mismo mentirme.

Debo dejar de lado mi orgullo.

Esta indiferencia que aparento,

y que no es real.

Demuestro en mi interior una fortaleza

que no es así, no es auténtica.

Mi fortaleza cada día se va debilitando,

pero mi alma sigue sintiendo

ese amor puro y sincero,

que tú me enseñaste a sentir...

quiero ser indiferente, mentira...

siento lo mismo que ayer,

y todos los días anteriores,

desde hace un tiempo, breve tiempo...

no quiero mentirme, no quiero mentirte...

se lo que sientes por mí, nada...

se lo que siento por ti, todo...

eres, lo que siempre has sido...

la inspiración de todo lo que escribo.

También por este motivo,

mi alma vive, y al mismo tiempo, muere...

pero mi corazón dice: \"debo seguir latiendo\",

cerrados los ojos, no observar,

no mirar, ser indiferente a todo...

pero no puedo, formo parte de este mundo,

y aunque él ciego esté, mis ojos no pueden estarlos...

no puedo ser ciego ante la realidad del mundo.

Todo pido, nada se me otorga,

o tal vez pida demasiado,

y debo agradecer a la vida,

lo poco que tengo...

Ya estar con vida, es un regalo de Dios...

mi madre ausente está, mi padre está

junto a ella... están con el Señor,

Rey de Reyes... eso me reconforta.

Cuando deje de existir no se dónde

será mi morada... tal vez en el cielo

o tal vez en el infierno...

pero he de vivir mi presente, el actual,

aquí donde ahora estoy,

en la tierra prometida y obtenida.

Debo seguir en ella,

debo continuar teniendo fe y esperanza.

Debo seguir amando, aunque espaldas reciba.

Tú estás frente a mí Señor...

Oh, cuánto tengo... debo saber valorarlo...

y yo lo permito...¡qué podría hacer!,

simplemente seguir viviendo...

Sigue latiendo, corazón,

alma, sigue amando, pero...

sigues estando sola,

sin la unión de esa otra alma,

que nada quiere saber de unirse a la mía.

Dos almas, desunidas...

incompatibilidad de sentimientos.

La tristeza de mi alma,

y la inteligencia de la tuya.

Si pudiese dejar de escribir

sentimientos tristes...

Si mi alma pudiese ser diferente,

si realmente fuese indiferente...

pero si así fuese, dejaría de ser yo.

Este hombre que siempre al mundo ama,

y que tantas espaldas mis ojos perciben...

Mundo ¡mírame! ¿no te das cuenta que sufro?

Alma, que tanto te he buscado,

y te he hallado... únete a la mía...

¡cómo puedo pedir, exigir tanto...

cuando no se me puede dar!...

Desearía caminar por el mundo,

es que a veces, mi alma pide algo más,

tu alma, que lejos de la mía está...

pero debo continuar mi camino,

seguir los pasos de Jesús, y así,

llegaré a un buen detino...

te sigo Señor... mi alma es feliz

estando detrás de tus pasos,

aunque llore la ausencia de \"esa\"

otra alma que está alejada de mí...

 

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 17/05/2013)