El odio me fortaleció en la cárcel
Aún cuando la fe estaba perdida,
Me sentí un Rey en mi guarida
Me importaba poco un desenlace
Todos buscaban a nuestro Dios
Pero el gobierno nunca creyó en él,
Para los guardias, el Dios, era el hombre aquel
Que sentir morirnos era su bendición…
Cuánta angustia… cuánto dolor…!?
Por eso el odio me fortalecía,
Odiar y desquitarme era lo que quería
Y crean que lo hacía en nombre de Dios.
Si el destino a un hoyo me llevó
Por injustas causas manipuladas,
Viendo cuántas almas destrozadas
Por causas de un comunista y cabrón.
Joven, se van muriendo los traidores
Aunque dejan a otro mal nacido en el poder,
Igual que hizo el HP. Del hombre aquel
Que violó de todos los pueblos sus valores.
*** J.L.O ***