Jamás te olvidé.
Nunca terminó el amor.
Yo siempre te deseé
y pedí a Dios para ti lo mejor.
Solo me cansé.
Me canse de tus sarcasmos al querer;
de tu forma de esquivar mis intensiones;
de tus mentiras que siempre creí,
de tu forma de fingir
amor y de partirme el corazón en dos.
No es que yo reniegue del amor
que con locura profesé por ti,
ni espete arrepentimiento
de lo que contigo viví
porque contigo aprendí
a entender el caos
de ese mundo tan raro
que es amar furtivamente;
a descubrir la lógica
del sin razón de tu aventura;
de sufrir por gusto la imposibilidad
de amarte con locura
con la pena de regresar
mil veces a la realidad.
Entendí para mi mal
que no podía estar sin ti
e ideé como mejor solución,
fugarme de ti, de tu carne,
de ese placer insaciable
de tenerte y no...!
esforzándome para no pensarte…
reprimiendo mis mas vanas necesidades
de tenerte, besarte y poseerte…
deseándote para siempre lo mejor
porque este corazón
ya tiene un dueño...
y debes ser tu, solo
mi mas hermoso sueño.