Que se agriete el terciopelo del azul del cielo.
Que emigre la piedra muda del recuerdo.
Que se seque el manantial de mis deseos vivos,
porque la esperanza es incierta,
el sosiego solo una palabra,
mientras percibo como la
insensible soledad erosiona mis
cansados ocasos
y se desploman la esperanza
ante mis ojos sin tiempo.