¿Qué hacer entre este cúmulo de sensaciones que se agolpan en el pecho?
Tanto hastío y malestar, tanto mareo, tanto duelo, tanto y tanto andar.
Mi oído sólo escucha el sonido de las aspas del ventilador, el golpeteo de los dedos contra las teclas para escribir, el zumbar del viento en la calle, el polvo azotando el techo.
Se acerca la noche, comienza la ausencia solar...
Viento, viento, viento chocando en la mente, empujando recuerdos, remolinos que no ceden ante la partida.
La aurora está lejana... Migran las presencias, se vuelven lontanas.
Y en los ojos yacen ríos de aflicción, torrentes en diques de presas someras opacando versos ya sin amor.
La tierra la cubre porque todo cubre la tierra.