Me ensordecieron tus silencios, y no logré conocerte cuando
nos tuvimos… ni hoy cuando me faltas. Las caricias fueron mi
lenguaje…Sí, queda el recuerdo de los desvelos sintiendo
pieles y, sobre mí, tu cuerpo.
La realidad, es sacarte solamente de mi memoria; el portón
de mi corazón siempre estuvo abierto para ti. Alcanzaron
pocos minutos para idearme una vida y ni una larga espera
marchitará mis sueños…en ellos no estarás tú.
Cambia tu estrategia de tan solo insomnios; hace falta más
que tu cuerpo para llegar, cualquier día, a necesitarte en nuevos
desvelos y reclamarte en sueños…