La luz es demasiado suave para abandonar.
Tú pareces una mota de polvo que cambia el destino del mundo, eres una señal inventada que oxigena los vacíos rutinarios.
El futuro se desdibuja en blanco y negro, pues has cambiado la línea de lo establecido. Haces que el pasado sea una almohada cálida de princesa, me acunas con promesas pretéritas, con canciones de colores y píxeles de baja calidad.
Fluye tu risa enlatada como un terremoto de algodón.
Reviven mis sueños entre tanta realidad, pues tú siempre seguirás siendo tú.
Aunque te escondas entre los cristales de lo eterno e infinito.