Campanita, tan breve, tan dulce, tan valiente con tus transparentes alitas de mariposas librando tenaz lucha contra el mal.
Hada buena protectora de Wendy y los otros niños perdidos del país de Nuca Jamás
Te amo, Campanita, hada buena, amiga inseparable de Peter Pan, pariente lejano de El Principito que encontró Antoine de Saint-Exupery en el desierto.
Te amo, Campanita, porque tú, El Principito, Platero, Chico Carlo y la princesa traviesa de Rubén Darío que quería una estrella para decorar su prendedor, me han permitido conservar el niño que todos llevamos en el corazón, con su ingenuidad e inocencia.
¡Oh, Campanita mía, cómo te disfruté en mi niñez campesina, viéndote volar con tus alitas breves y rápidas en el universo de mis sueños!
¡Todavía estás en mí, Campanita, como el reloj en el estómago del cocodrilo, avisándome cada segundo, cada minuto y cada hora que alimente con sublimes sentimientos mi capacidad de soñar, aun estando despierto!