Mentiras, pequeñas, grandes y sigilosas mentiras.
Nos envuelven como telaraña invisible e intangible.
Nos atrapan y no nos sueltan. Se dicen y se cuentan. Se lloran y se celebran. Las odiamos y amamos; como al hombre mismo.
¿Y que? ¿Y que si somos una gran mentira? Víctimas y victimarios de nuestras propias palabras, de nuestras propias acciones, de nuestras propias mentiras.