Necesitaría un pucho de esos para pensar ,y conversar
Toda una noche con la luz de mi lámpara pintada en el rostro,
Ese que te informa lo ininformable, lo terco
De la soledad, lo amargo de un té cuando ya no hay azúcar
Que endulce lo que no se puede endulzar, cuando
Ya es tarde para lamentarse de complicaciones absurdas
De siniestros pensamientos, de caídas de precipicios de mil y un dramas
En la cabeza y el corazón herido.
Ese que se asoma misteriosa y siniestramente por la ventana
,cuando se va en forma de humo ,que se pinta amarillo
En los dedos con los años, que se dijbuja como una toz que me abunda en el pecho
Y un dolor en mi espalda,
Ya es tarde para eso, para regocijarme en reír como si nada pasara
Cuando todo me pasa, pero de eso ni me acuerdo, de eso, de todo
De lo que no sé ,de lo que me hastía, de lo que me cansa
,De la nada misma y el todo mismo.