victolman
¡OH DIOS!... YO QUISIERA
En el centro de la felicidad
se encuentra el augusto tiempo
de la sencilla humildad,
detalle armonioso de un confiar
y un respeto hacia los demás;
Entender de plano las rencillas
llevar la paz como señal,
la lealtad como fiel compañera
y honradez, al decir la verdad;
Cada quien tiene una entrega
una dosis de bondad,
solo verá la cosecha
aquella persona que no camina
por la senda del mal;
¡Oh Dios!... yo quisiera
que este mundo ande
en la luz de tu paz,
para poder navegar
en medio de sus aguas,
con los remos de la calma
gozándonos en la barca
de la ansiada tranquilidad.
(victolman)