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La brisa no duerme
si decnsa en la mañana
el cenizal se mancha
en la rosa deshojada.
Mi corazón inquieto
no está tranquilo
la noche se rinde
en el horizonte
la luce apagada
a distancia iluminan
tu beso y las miradas.
El sol resplandece
en aquella ventana
los ruidos y la brisa
se duerme aún
en las montañas
y adorna las rosas
que se alzan en tu mirada.
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Autor: Francis Mota.
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