Sabas

Al guardián

Desde el centro del cielo veo partir una lágrima, prensado el mar allÍ, como una cápsula de sal y olas. AsÍ como llora mi alma, llora en la hora de la muerte el cielo. Este mundo de papel inventado, este esqueleto de palabras, save rancio y amargo. Desde mis ojos, tus ojos lloran, desde mi corazón, tu corazón no calla. Este mundo de máscaras y caretas, de espejos oscuros es solo un juego, donde juegan los fantasmas, una ruleta que empieza y acaba en un determinado basurero de sueÑos. En las garras de la muerte el cielo llora, no para de llorar. El aire huele a lágrima, a vino picado por angustia y lamento. Una ventisca de nostalgia me cruza y me pregunto: a dónde estará tu alma papá, mientras en esta tierra de guasones y curtiembre mi alma llueve y se revalsa?. Un tÍmido rayo de sol me roza, presiento el mundo infinito. Tú me dices, estoy aquÍ, siempre contigo, como el espÍritu de un verso interminable. En la hora de la muerte los pesces lloran, y la tierra tiembla en voces secas invadidas de silencio.